El método para calcularlo es sencillo: el Miércoles de Ceniza ocurre 46 días antes de la Pascua, integrando los 40 días de la Cuaresma y los seis domingos que forman parte de este periodo de preparación espiritual.
Este día tiene un fuerte significado religioso, que invita a las personas a reflexionar sobre su condición humana y fortalecer su relación con Dios. La ceniza que se coloca en la frente en forma de cruz es un gesto de humildad y arrepentimiento, inspirado en las prácticas del Antiguo Testamento, donde figuras como el rey David utilizaban cenizas como símbolo de penitencia.
Durante la imposición de la ceniza, los sacerdotes suelen decir:
La ceniza que los fieles reciben proviene de las palmas bendecidas durante el Domingo de Ramos del año anterior. Estas palmas, que simbolizan victoria y paz, se queman y se mezclan con agua bendita para formar la pasta que los sacerdotes usan para marcar la cruz en la frente.
Este día marca el comienzo de la Cuaresma y está cargado de prácticas significativas, entre las que destacan:
La cruz es el símbolo central del cristianismo, representando el sacrificio de Jesucristo por la humanidad. Al recibir la ceniza en forma de cruz, los creyentes renuevan su compromiso de “cargar su cruz” y vivir según los valores cristianos, con humildad y un espíritu renovado.
El Miércoles de Ceniza no solo inaugura la Cuaresma, sino que también prepara a los cristianos para la Semana Santa, un periodo enfocado en la introspección, la penitencia y la renovación espiritual.