Una mujer de 65 años de edad fue víctima luego de que un supuesto astronauta realizó una estafa a través de Tinder, una aplicación móvil de citas.
Ella tuvo conexión con un hombre que dijo ser un astronauta.
La mujer, originaria de Japón, conversó con el hombre a diario hasta que este se ganó su confianza.
Fue cuando el supuesto astronauta solicitó su ayuda.
Argumentó que no podían verse porque se encontraba fuera del planeta y no tenía suficiente dinero para regresar.
Bajo la promesa de que se casarían cuando se encontraran, el estafador le pidió a la mujer una gran cantidad de dinero.
La mujer le envió un total de 4.4 millones de yenes. Esto equivale a más de 30 mil dólares estadounidenses.
En una entrevista, la mujer declaró que “no había motivos para dudar del nombre de instituciones reales, como la NASA y JAXA”.
La víctima explicó que el dinero de la estafa del astronauta sería utilizado para cubrir las “tarifas de aterrizaje” y los “gastos del cohete”.
Se trata de una historia más de las denominadas “estafas románticas”.
Esta práctica se basa en aprovecharse de los sentimientos de otra persona, que termina de convencerle de que es un amor real.
Otro conocido ejemplo es el de Simon Leviev, el “estafador de Tinder”.
Y cada día suman más víctimas que ceden a enviar grandes sumas de dinero a parejas que conocen a través de internet.
De hecho, Tinder ha tomado cartas en el asunto.
Actualmente solicitar dinero a través de la aplicación de citas es un incumplimiento en las condiciones de uso de la aplicación móvil.
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