La psicóloga Ashley Hampton explica a través de Oprah Daily que la clave para detectar mentiras es buscar numerosas inconsistencias. Mientras una persona sea coherente en cuanto a su comportamiento, significa que se siente segura y que por lo tanto no está mintiendo ni pretende engañarte.
Las mentiras no son bien aceptadas en la sociedad, por lo que existen formas y mecanismos para detectarlas. Hampton explica que lo más importante es fijarse en el lenguaje corporal, como los gestos, la mirada e incluso las expresiones.
Muchas veces, cuando alguien está contando una mentira y ve que la otra persona se la ha creído por completo, es inevitable que le salga una sonrisa involuntaria, sin aparente motivo.
Encorvarse, poco contacto visual y descoordinación gestos de lenguaje corporal. Por muy convincentes que sean tus palabras, si tu cuerpo dice lo contrario, no conseguirás decir una mentira realista.
De toda la vida, para detectar a un mentiroso basta con ver si te aguanta la mirada, y es que es muy complicado mirar a los ojos a otra persona y mentir.
Este es un truco muy práctico y fácil de aplicar, ya que la culpa se refleja en su mirada.
Después existe otro tipo de mentiroso que es aquel que se ha preparado hasta el último detalle para que nada salga mal.
Este tipo de personas se sabe a la perfección su historia, tiende a no salirse del guión, por lo que si intentas desconcertarle, no tendrá escapatoria alguna.
También existe el truco de usar muletillas, como «del tipo» o «casi». Aunque se suelan usar a menudo, pueden llegar a ser un indicio de que alguien miente, ya que su información es bastante inconsistente.
Los gestos de duda o nerviosismo con el cuerpo son determinantes a la hora de detectar mentiras. Cuando mientes puedes ponerte nervioso, y si te pones nervioso puede que empieces a repetir frases y no seas capaz de sostener la mentira por mucho tiempo.
Muchos mentirosos tienden a contar sus historias de forma impersonal, ya que así se quitan el sentimiento de culpa. Además, otra característica muy común es omitir nombres, para que sea más complicado contrastar los hechos.
Las mentiras, por lo general, suelen estar muy estudiadas, sobre todo si se trata de algo importante.
Si quieres cachar a alguien con las manos en la masa, intenta desconcertarle alterando el orden cronológico de la historia, ya que probablemente se la haya aprendido de memoria.
Hay veces en las que un mentiroso acaba creyéndose su propia mentira. Es probable que te cuente la historia con tan lujo de detalles y con tanta fantasía que sea difícil aceptarla como verdad.