Les saluda con gusto su amiga Roxana Soler “La Ardilla” y les invito a que den lectura a este tema de la amistad entre hombres y mujeres que está muy interesante.
Tomen nota y te recuerdo si gustas expresar un te quiero, te amo u ofrecer disculpas hazle un DETALLE a ese familiar o amistad o bien a tu pareja a través de nuestro programa , todos los días 10pm a través de LA KE BUENA 92.9FM
Las relaciones de amistad son aquellas en las que las personas comparten desinteresadamente algunos aspectos de sus vidas personales, porque coinciden en algunos valores, creencias, aficiones, etc…
Son relaciones entre mujeres y hombres indistintamente, sin embargo, existen algunos tabúes si la relación de amistad surge entre un hombre y una mujer.
Algunos prejuicios y estereotipos son:
En la vida, no elegimos a nuestros padres, ni a nuestros hijos, tampoco a los compañeros de trabajo, ni de vecindario, sin embargo, elegimos a nuestras amistades por compatibilidad en alguna faceta de nuestra vida, y también a nuestra pareja, que si bien, además de elegir por compatibilidad, en la pareja tiene que haber algo más para que se convierta en pareja, y ese es un sentimiento que hace diferente la relación de amistad de la relación de pareja.
Aunque, parece que lo olvidamos, y si bien, ambas relaciones las elegimos porque hay compatibilidad en algo, son relaciones diferentes, con sentimientos muy diferentes. Y como consecuencia tenemos el prejuicio social, de creer erróneamente que todas las amistades con el otro sexo, puedan convertirse en pareja o en una relación con carácter sexual.
Y por otro lado, ambas relaciones se diferencian por el carácter de la misma, teniendo la relación de pareja, un carácter privado, donde ambas personas buscarán ambientes íntimos y cercano, frente a la relación de amistad, que tiene un carácter social y público, no buscando el ambiente íntimo, cercano y privado que sí buscarán las parejas, o quienes quieran o busquen algo más.
Si entendemos la diferencia que hay entre ambos tipos de relaciones, las amistades y las de pareja, entonces podemos ser sólo amigos sin temor, ni ocultación, y sin que nos importe lo que piense la sociedad.
El conflicto surge cuando esto no está claro, y seguimos pensando o temiendo que por ser amigos ya tenemos “derecho” a algo más.
Ciertamente, en muchos casos, el origen de una pareja es la amistad que les unía, la cual permitió que se conociesen bien, y que más tarde propició que surgiera otro sentimiento, sea, de atracción, enamoramiento, amor, etc…
Sin embargo, no en todas las relaciones de pareja es igual, a veces, surge antes el “flechazo”, la atracción y el enamoramiento, que la amistad, y ésta, en algunos casos, viene después.
Es importante marcar las diferencias de qué tipo de relación tenemos o queremos, ya que así podremos disfrutarla plenamente, sin miedos, ni invitaciones, ni ocultaciones.
Expresar y tratar abiertamente lo que cada uno quiere o espera de la relación, significa no llevarse a engaños, no buscar o esperar algo que no quiere la otra persona, e incluso, esto sirve para no perjudicar la relación ya existente con expectativas erróneas.
Además, no tenerlo claro, conlleva conflictos emocionales, ya que, podemos llegar a confundir lo que es una amistad, con otro tipo de relación, como es aquella en la que surge un sentimiento entre ambos, o bien aquella en la que se busca cubrir alguna necesidad o carencia afectiva por parte de alguna persona de la relación.
Es tan sencillo como exponer a la otra persona lo que esperamos o queremos de la relación, a la misma vez, que escuchamos lo que la otra persona tenga que decirnos, de esta forma, sabremos qué relación tenemos, y qué cabe esperar. A partir de aquí, se esfuma el miedo a que suceda algo que no queremos y por tanto, nos permitiremos disfrutar de una relación sana de amistad o la que elijamos, siempre que sea así como lo hemos decidido junto a la otra persona.
Si la amistad está bien definida, y también lo está la relación de pareja, no habrá ningún conflicto.
Cuando decidimos tener pareja, no renunciamos a nuestra vida social, ni la que ya existía antes de la pareja, ni la que pueda generarse a partir de tener pareja.
De hecho, la relaciones de pareja, que se condenan a sí mismas, renunciando o exigiendo a la otra persona renunciar a su vida social, están abocadas al fracaso, por las insatisfacciones que esto va a generar, la anulación personal y el aislamiento, desencadenando todo esto una infelicidad con la pareja elegida.
Por tanto, no sólo se puede, sino que conviene mantener las relaciones de amistad, además de la relación de pareja. Ya sean éstas compartidas con la pareja y comunes con ella, o bien, como amistades propias.
En todo momento conviene mantener intacto en la pareja, la confianza y la sinceridad.
La amistad no es un pecado, sino un aspecto social e inherente en el ser humano. Por tanto, de la misma forma que no ocultamos a nuestros familiares, tampoco debemos hacerlo con nuestras amistades.
La mejor forma para que tu pareja acepte las relaciones de amistad que tienes con personas del otro sexo, es hacerle partícipe a tu pareja de ésa amistad, y que pueda participar de esa amistad si le apetece, ya que, como hemos dicho, las relaciones de amistad son del ámbito público y social, y por tanto, admiten muy bien, ser compartidas con más personas, ya que no buscan la intimidad.
Por otro lado, trata la amistad con naturalidad, sin ocultaciones, ni mentiras hacia la pareja, ya que, entonces, a tu pareja le parecerá lo que no es, ya que estarás trasladando la amistad al ámbito privado, secreto, e íntimo al que pertenecen las relaciones que son algo distinto a las amistades o que pretenden serlo.
Para su amiga Roxana Soler “La Ardilla” es un placer compartir mis ROXATIPS de los DETALLES.
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