La ropa sin duda genera mucha contaminación, por ello es de vital importancia crear conciencia y transformar toda esa tela. Así fue cuando Clarisse Merlet tuvo la idea de desarrollar un proyecto para reutilizar las prendas que las personas no necesitan.
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Para poder ayudar sobre los problemas ambientales que estas ocasionan, Clarisse recolecto las prendas para crear ladrillos resistentes.
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Clarisse Merlet es CEO de FabBRIC y mientras estudiaba arquitectura se sorprendió de cuántos desechos textiles globales impactan ecológicamente al mundo, sin mencionar además los desechos de la construcción.
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Hoy en día esta empresa es una de las pioneras encargadas de reciclar textiles que todos los días son desechados en Francia. Después de someterlos a varios procesos químicos, logran que se convierta en ladrillos con funciones térmicas y acústicas que son muy resistentes al fuego.
Gracias a este innovador procedimiento, está logrando reducir todo el impacto ambiental que se genera en la industria textil, según datos de las autoridades sanitarias francesas, en el país se recolectan aproximadamente 4 millones de toneladas que terminan en los basureros y que difícilmente pueden ser destruidas.
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La manera de reducir esta problemática es que ahora utiliza todos los desechos para crear FabBRICK, la empresa dedicada a la fabricación de bosques decorativos y aislantes que son hechos a partir de ropa vieja.
«La máquina funciona de maravilla. Lo mejor es que no requiere estar conectada a la corriente eléctrica, pues es de uso manual y mecánico. Cada ladrillo que se produce necesita una cantidad de tela, que equivale a dos o tres camisetas de tamaño promedio».
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Sin duda ha sido un éxito y es muy probable que en el futuro ésta sea una grandiosa opción para remplazar el concreto, es una propuesta muy novedosa y debería expandirse por todo el mundo.
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