Aunque muchas personas aun dudan del gran compromiso que ponen los maestros, un chico de nombre Fidel hizo un pequeño salón escolar, con todas las medidas sanitarias para poder darle clases a los niños que no tienen internet ni televisión.
El joven estudia en la Universidad Autónoma Metropolitana de la Ciudad de México, pero cuando no está tomando clases brinda apoyo a niños que no tienen computadora, televisión ni WiFi, para que puedan ponerse al corriente con sus lecciones.
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Quien me motivó a enseñar de manera gratuita fue mi mamá, porque me comentó de un par de hermanos, de tercero y cuarto de primaria, cerca de donde vivo y que no pudieron inscribirse al ciclo escolar porque no tenían televisión ni tampoco internet. Eso me llegó porque me importa que los niños aprendan y sigan estudiando.
A pesar de tener su propia carga académica (pues estudia Física en la universidad) ha organizado su horario para planear las clases de sus pequeños.
Matemáticas y Física son su fuerte, pero también enseña Español, Ciencias, Geografía, Historia e, incluso, un poco de Inglés. También da lecciones de guitarra para explotar todas las habilidades de los chicos.
Debido a la pandemia, Fidel tuvo que mudarse de su casa en la Ciudad de México a Toluca, en el Estado de México. Una vez ahí colocó algunos carteles para promocionar sus clases gratis.
Sus anuncios tuvieron mucho impacto y de inmediato sus clases se hicieron populares, tanto que ahora tiene una cantidad considerable de alumnos a los que separa en grupos de 10 para mantener la distancia segura y evitar algún contagio.
Como estudiante creo que esta pandemia nos ha ayudado a ser más autodidactas, estábamos acostumbrados a la manera presencial y ahí los profesores nos daban todo, pero ahora es diferente, hay maestros que prefieren dejar más tareas y dar menos clases.
Por medio de redes sociales Fidel pidió un poco de ayuda a sus compañeros de universidad, y todos aceptaron la propuesta. Se sumaron siete jóvenes y, además, recibió material académico, sillas y mesas para que sus alumnos estén más cómodos.
Aunque vean la televisión, no es la misma forma de aprendizaje y no entienden. Un menor de cuarto de primaria llegó conmigo porque en la escuela en la que se inscribió ya habían pasado dos semanas del inicio de clases y no le habían dicho nada, tampoco le dejaron ninguna actividad.
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