Este acontecimiento ha asombrado a expertos y a la población en general por su magnificencia, así como los efectos que trae a lo largo de su paso en el mar y en el continente americano.
Su origen se da en el norte de África a causa de distintos fenómenos naturales como tormentas entre otros durante el verano, transita por el mar Atlántico y el mar Caribe, llegando a ciertos países de Centroamérica, la Península de Yucatán y parte del sureste de los Estados Unidos.
A diferencia de otras épocas del año, su lento paso por el mar provoca una disminución sustancial de los fenómenos meteorológicos más comunes como huracanes o tsunamis debido a la composición seca del polvo de este famoso desierto.
En el transcurso de esta semana los habitantes de Quintana Roo, Campeche y Yucatán podrán admirar este acontecimiento disfrutando de atardeceres y amaneceres en tonalidades rojizos y naranjas.
A la población le puede ocasionar pequeñas alergias como irritación de ojos y garganta, entre otras afecciones respiratorias, por otro lado se señala la posible aparición de ciclones o lluvias torrenciales.