O puede ser una partícula ‘imposible’, que está afuera de la clasificación del modelo estándar de la física de las partículas.
Este hallazgo fue descubierto por una investigación que realiza la NASA año con año en el Polo Sur y comenzó en el 2016.
La razón por la que la Antártida es el lugar elegido, es porque sus corrientes de aire frío y seco funciona perfecto para su detención.
El estudio se basa en los registros de rayos cósmicos que detecta la Antena Antártica de Impulso Transitivo (ANITA).
ANITA es colgada de un globo de helio a una altura de 37 metros y su deber es estudiar las partículas subatómicas que llegan del espacio a la superficie de la Tierra
Estas partículas son conocidas como neutrinos cósmicos de ultra energía (UHECR), y son capaces de acercarse a la velocidad de la luz a la antena.
En el estudio publicado por la American Physical Society, Peter Gorham, especialista en física experimental de las partículas, señaló las observaciones desde que ANITA salió a su primer vuelo.
Este se llevó acabo en 2016 y luego al año siguiente. En el que los investigadores encontraron situaciones extrañas.
Por lo que, cuando la antena emprendió el tercer vuelo, se decidió checar el historial y darle otra lectura a las observaciones anteriores.
ANITA registró 16 eventos en su primer vuelo, pero hubo uno que estuvo fuera de lo ordinario, así que los investigadores lo ignoraron asumiendo que se trataba de ‘ruido’.
Se trató de un neutrino cósmico que no producía efecto de choque, como si proviniera de la superficie terrestre, algo imposible.
En el tercer vuelo de ANITA se contaron 20 neutrinos cósmicos, además de un UHECR detectado desde el hielo de la Antártida.
Descartando la idea de que se trate de un peculiar error, el doctor Borham planteó que existe la posibilidad de que sea una en mil millones que pudiera cambiar de forma.
Es decir, cuando llega a la Tierra entra como un tipo de partícula, se transforma y sale de la superficie como otro tipo.
Pero la otra hipótesis es todavía más increíble, puede ser la evidencia de un universo paralelo, donde el tiempo transcurre a la inversa.
Los especialistas respaldan esta teoría con el Big Bang, el cual no solo dio origen a nuestro universo, que sigue una línea recta en el tiempo.
Sino que también abrió paso a la creación simultánea de un universo paralelo, incluso, pudo haber creado más universos que siguen otra línea de tiempo.
Aunque sigue en observación, lo único de lo que están seguros los investigadores, es que esta partícula les va a exigir más estudios en el futuro.