El cuidar el planeta es un asunto que todos deberían tomar como importante y este hombre no lo dejó a la ligera con sus árboles.
Hace algunos años lo llamaron loco, pues plantó 50,000 de ellos en 30 hectáreas de tierra.
A las afueras de Brasil, en 1973 Antonio Vicente decidió poner en marcha su proyecto en el cual muchos no confiaban.
Recibió muchos comentarios respecto a que no cosecharía nada de lo que sembró porque tardan muchos años.
Él respondió que no importaba, pues alguien lo hizo anteriormente para que él pudiera comer.
Este hombre vio desde pequeño cómo algunos campesinos talaban en la región en donde vivía, lo que trajo algunas consecuencias.
Aquel sitio se secó y no volvió a ser lo mismo, es por eso que se planteó aquella meta.
“Cuando yo era niño, los campesinos cortaban los árboles para crear pastizales y por el carbón. El agua se secó y ya no regresó. Yo pensé: el agua es valiosa, nadie fabrica agua y la población no deja de crecer. ¿Qué va a pasar? Nos vamos a quedar sin agua”.
Su sembradío ahora se considera una gran selva tropical y dentro de esta habitan muchas especies como tucanes, ardillas, hasta un jaguar.
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