Este ya había sido declarado muerto en la clínica donde se encontraba en Sucre, Colombia.
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Se trata de Juan José Muñoz Romero, un hombre de 67 años que llegó a ser hospitalizado por una elevación en su presión arterial.
Tras unas horas de su ingreso, sus familiares fueron informados de su deceso, pese a que su familia no lo creyó.
Por motivos de prevención ante el COVID-19, la familia no tenía permitido ver el cuerpo, así que su hija consiguió colarse.
Al llegar a la habitación en donde se encuentran todos los cuerpos, su hija cayó en cuenta de que el señor continuaba respirando.
Lo notificó con los doctores pero le dijeron que esa era una reacción normal de las personas fallecidas, pero ella no cedió.
Decidieron trasladar al señor a otra clínica y confirmaron que este se encontraba aún con vida.
Hasta el momento la primer clínica no ha dado ninguna declaración ante aquel hecho que pudo haber terminado siendo desastroso.