Estas diminutas formas de vida fueron encontradas en sedimentos del fondo marino durante una misión científica en el Océano Pacífico Sur, la cual se caracteriza además por tener una baja concentración de nutrientes para la vida marina.
Al fondo del mar llegan partículas que al paso del tiempo forman una especie de nieve marina, en su mayoría está compuesta desechos provenientes de la superficie, al paso del tiempo las formas de vida existentes se quedan atrapadas en las capas de este sedimento.
Esta exploración decidió perforar a casi 6 mil metros de la superficie del mar para realizar sus investigaciones, además hallaron que a estas profundidades si hay oxígeno debido a que la velocidad en la que cae el sedimento es lo suficientemente lenta.
Estas características han permitido que estos microorganismos se mantengan con vida en los últimos millones de años, por lo que los investigadores averiguaron su correcta alimentación para sacar el mayor provecho a estos especímenes. A diferencia de otros organismos de aquellas lejanas épocas, estos especímenes no se fosilizaron gracias a la cantidad de oxígeno en las profundidades, por lo que se pudieron dividir para reproducirse.
Este estudio ha llamado la atención de los científicos ya que en un futuro cercano podría explicar las condiciones extremas que podrían soportar los organismos en nuestro planeta.