Hay ocasiones que permaneces en una relación con la esperanza de que las cosas cambien, puede llevarte a un estado de pérdida de tiempo, volteas atrás y han pasado meses, años y te das cuenta que has caminado sin rumbo.
Cuando dices adiós es una manera de aterrizar el corazón y una de las dos personas tiene que ceder, esto no quiere decir que intentarlo sea malo, está decisión llega después de que se han puesto las cartas sobre la mesa y que el tiempo que habías vuelto a dar ha terminado.
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Una despedida duele y sin duda no se olvida de la noche a la mañana, pero de todas ellas debemos de tomar lo bueno, hay recuerdos que no dañan el corazón, sólo se vuelven un respiro y tranquilidad en tu vida.
En una relación cuando haz decidido que lo mejor es apartarte, debes ser consiente que será un cierre total, nunca dejes una ventana abierta ya que sólo te estarías engañando a ti misma.
Aunque ames, debes tener en mente que tener a una persona a tu lado es para que sea un complemento, no que haya dependencia o que pienses que sin esa persona ya no serás feliz.
Una vez que sepas cuanto vales, sabrás que pareja es la que quieres y que tu relación se base sobre todo en la confianza, comunicación, respeto y no dejar que te quiten libertad.
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