Puede que seas una gran persona, muy inteligente, capaz y lista o listo para comerte al mundo, seguramente habrás estudiado muchísimo, que sigas con la ambición de querer ser mejor, que apenas saliste de la universidad, o entrarás, ya estás trabajando, cómo sea el caso, lo importante es que recuerdes que si no eres un buen ser humano, nada de lo que hagas tendrá valor en tu vida.
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En el mundo estamos llenos de personas talentosas, capaces de dar el 100% ante cualquier adversidad laboral. Existen millones de individuos creativos, imaginarios, inteligentes y muchas personas que dominan ciertas áreas y crean cosas fabulosas que son reconocidos ampliamente por ello. Así mismo existen más personas que se están preparando para laborar y conquistar sus metas, pero es importante decir que nada de esto tendría sentido si no son buenas personas.
Es normal que cuando se entra al mundo laboral, se integra a un mundo competitivo, donde muchas veces tienes que lograr posicionarte para alcanzar nuevas metas y lograr los objetivos, pero muchas personas aveces tiene que pisar a otros que están abajo para poder escalar y lograr otras posiciones de trabajo. Sin dudar quienes hacen esto sólo piensan en ellos mismos, en sus propios intereses y se olvidan que estamos en un mundo donde sí actuamos mal con otros, otros actuarán mal con nosotros.
Esto es la importancia de entender que la humanidad es algo que no puede dejar de existir en nuestras vidas, si eres fuerte, sabio, inteligente y tenaz es increíble, pero estas habilidades que mucho tiempo te tomaron en cultivar las tienes para ayudar a aquellos que están por debajo de ti y no para beneficiarte de ellos para seguir avanzando.
Sin importar tu tipo de fe o aquello que lo que creas, este mundo y este universo siempre será más grande y poderoso que tú y es tu humanidad la que te permitirá contar con un boleto completamente pagado a la plenitud. Así que es hora de que empieces a evaluar tu vida, trabaja en ti, analiza que has hecho mal, pide perdón, perdónate a ti mismo, da gracias por lo que tienes, compártelo no sólo con aquellos que te rodean y que amas, sino también con el resto del mundo.
Cultiva más tu humanidad y alcanzarás una dicha mucho mayor, una paz que no podrá ser remplazada con todo el dinero del mundo.
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