La primer posada se llevó a cabo en 1587 en Acolman, para recordar el peregrinar de María y José en Belén antes de dar a luz al niño Jesús.
Por ello, la manera en que los mexicanos celebramos este día, está llena de comida, como ponche, dulces, fruta y para el entretenimiento la piñata es parte esencial de esta fiesta, el «Os pido posada, que no puede andar mi esposa amada» o sea los villancicos y la piñata, si no hay piñata no hay posada.
Esta noche está repleta de luces de bengalas, juegos pirotécnicos, comida, y sobre todo es un buen motivo para reencontrar a la familia y pasar estas increíbles fechas como se debe.