Aunque esta verdad sea dura llegó el momento de aceptarla. Los zapatos ortopédicos no son un tratamiento efectivo para corregir el pie plano.
¿Recuerdas a ese compañero o compañera de la primaria que usaba los horribles zapatos? Probablemente siga teniendo el pie plano. Si pudo recuperar la arquitectura ósea del pie, seguramente fue gracias a una cirugía.
La verdad detrás de los “camarones” en las sopas instantáneas
Especialistas y años de investigación sobre el pie plano han derribado el popular mito de los zapatos ortopédicos.
Estudios y ortopedistas explican que el zapato ortopédico no es el adecuado para corregir el arco del pie. Cuando están puestos forman el puente adecuado, pero una vez que se quitan la curva plantar desaparece.
Un año con los ejercicios de rehabilitación es suficiente, pero no es el único tratamiento.
Las personas con esta afección, también conocido como arcos caídos, desarrollaron una curvatura del pie con menos altura.
Cuando el pie no se vuelve doloroso ni tampoco hay dificultad para caminar o pisar con el zapato, ningún tratamiento es necesario.
Cuando existe dolor, incluso puede causar molestia en la cadera, pierna, rodilla o tobillo, es necesario acudir con el especialista. La mayoría de veces una cirugía de reconstrucción soluciona el pie plano.
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