Fue el primero de marzo de 1692 cuando un grupo de vecinos fue acusado de practicar brujería contra dos niñas de 9 y 11 años que sufrían convulsiones. Los familiares de las niñas acusaban a mujeres de haberlas hechizado durante la noche y crear dobles de sí mismas lo que provocó el pánico entre la población que pedía la cabeza de las mujeres.
Un año después, los responsables de los juicios aceptaron que actuaron por miedo a la población pero al menos 20 personas ya habían sido ejecutados al confesar en contra de su voluntad.
El espíritu que habita la Casa de las Brujas