Un hombre originario de West Bend (Wisconsin, EE.UU.) sufrió una tragedia después de permitir que su perro lo lamiera, provocando que fuera trasladado al hospital en estado grave y perdiera ambas piernas, su nariz y parte de sus manos.
El afectado se llama Greg Manteufel; al principio cuando comenzó a sentirse mal creyó que se trataba sólo de una gripe; sin embargo, un análisis de sangre determinó que el hombre estaba infectado por la bacteria capnocytophaga, que es un virus que viene de la saliva de los perros.
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Como consecuencia a esta bacteria, Manteufel comenzó a sufrir de sepsis – infección en las extremidades que suele ser mortal – cuando su presión sanguínea cayó a niveles críticamente bajos, dificultando la circulación.
La infección comenzó a provocarle moretones en varias partes de su cuerpo, y no pasó ni una semana cuando los doctores ya estaban amputándole las piernas; después tuvieron que cortarle partes de sus manos y necesitará una cirugía de completa reconstrucción de nariz, ya que ésta también se tornó negra.
El caso de Greg Manteufel es extremadamente inusual, ya que «más del 99 % de la gente que tiene perros nunca sufrirá este problema», el cual se reduce a «una mera cuestión de suerte».
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