Algunas prácticas que muchos pueden ver como un obstáculo para la vida diaria, en realidad pueden ser bastante positivos. Si tienes alguno de los siguientes «malos hábitos» te explicaremos por qué no son tan malos y en qué te benefician…
Procrastinación.
Esto se refiere al hábito de dejar algo para después. Y contrario a lo que muchos dicen sobre “dejar todo para el final” o lo típico de “eres la persona del mañana”; tener este hábito puede significar que esperas el momento especial y adecuado para llevar a cabo las cosas, lo que a su vez trae consigo más tiempo para formular las ideas pacientemente.
Impuntualidad
Según Diana DeLonzor, la autora del libro “Nunca llegues tarde” las personas que se retrasan suelen ser al mismo tiempo optimistas y poco realistas, lo que afecta su percepción del tiempo, pues están seguros de que pueden hacer muchas cosas en poco tiempo.
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Mascar chicle
El mascar chicle mejora la atención de la persona, según un estudio realizado en 2014 por especialistas británicos; al mismo tiempo que reduce los niveles de estrés y mejora el estado de ánimo. ¡A mascar se ha dicho!
Muletillas
Este… O sea… Mmmm…
Las muletillas pueden ayudar al oyente a entender y recordar mejor lo que dice la persona que habla; siempre y cuando no sean utilizadas en exceso, ya que eso sí obstaculiza la comprensión.
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Hiperactividad
Estudios han revelado que las personas hiperactivas en el trabajo tienen un menor riesgo de mortalidad que aquellos que son más tranquilos.
¿Qué tal?
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