Sandra confiesa que siempre ha sentido un cariño muy especial hacia los felinos, por ello decidió comenzar este proyecto, llamado “Gatos Pingos”.
“Creo que mi mamá en lugar de un peluche me puso un gato en la cuna. Desde que nací los gatos han formado parte de mi vida”
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A la fecha, en sus manos han estado mas de 13 mil gatos “callejeros” que se ha tratado con la ya mencionada técnica, que comienza desde que se atrapa al gato con unas llamadas “Trampas”, posteriormente prosiguen con la sedación, la operación y finalmente reposo y liberación, aun que en ocasiones no ha sido así de fácil ya que Sandra comenta que han tenido que dormir a gatos que se encuentran en muy mal estado.
“Es horrible porque entré a la carrera con la idea de salvar vidas, no de quitarlas. Afortunadamente, he tenido profesores que son una eminencia en bienestar animal, como Beatriz Banda. Alguna vez le dije que no podía hacer eutanasia y me respondió que tuviera en cuenta que también es un acto de amor porque se puede elegir que no sufran”.