Cuando estamos estresadas nuestro cuerpo tiene reacciones químicas inmediatas, dolor de cabeza, ansiedad, antojos y en el caso de la piel, se vuelve más sensible y puede presentar algunos cambios que seguro no nos gustarán. ¡Te decimos cuáles son!
1. Brotes de acné
El estrés provoca que el cuerpo produzca cortisol y otras hormonas, las cuales a su vez causan que las glándulas sebáceas del rostro generen mayor grasa y nos volvemos más propensas a desarrollar acné, sin importar la edad que tengamos.
2. Detonar enfermedades de la piel
Tales como psoriasis, rosácea y eczema, las cuales tienden a causar síntomas como comezón, irritación y rojeces en la cara.
3. Bolsas debajo de los ojos
El insomnio, por ejemplo, puede ser consecuencia del estrés por darle vueltas y vueltas a algo en nuestra mente. Y no dormir adecuadamente podría hacer que se formen estas antiestéticas bolsas o las ojeras.
4. Erupciones cutáneas
Aunque parezca extraño, lo que pasa en el intestino también puede afectar la salud de la piel. Cuando aparecen las erupciones cutáneas o la urticaria, una de las posibles causas es la disbiosis, un desequilibrio en las bacterias ‘buenas’ y ‘malas’ del intestino.
5. Líneas de expresión
¿Has notado que cuando estás enojada o estresada frunces el ceño? A la larga, esta y otras expresiones faciales que se hacen continuamente pueden provocar que se formen líneas más profundas y por tanto arrugas en el rostro.
¿Cómo evitar estos problemas?
Evidentemente no estresarse es el mejor camino para reducir las posibilidades de que nuestra piel sufra los efectos antes mencionados y para lograrlo debes tomar ciertas medidas, tales como:
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