Está comprobado científicamente que el olfato tiene un efecto en el metabolismo, haciendo que engordes.
Este estudio fue realizado en California, gracias a dos investigadoras de la Universidad de Berkeley, que realizaron este experimento con ratones, lo confirma y lo reafirma.
Se usaron 3 grupos de ratones; uno normal, otro cuyo sentido del olfato fue brevemente inhabilitado y el tercer grupo con gran olfato, esto en tres pruebas distintas.
Los tres grupos de ratones comieron la misma cantidad de comida, aquellos que tenían ekl sistema olfativo desordenado apenas ganaban peso, en comparación de los que conservaron su sentido del olor y engordaron.
Engordaron hasta un 16% menos que los ratones normales.
Aunque aún no se pudo dar una explicación bien definida, la hipótesis final fue que al oler comida, el cerebro advierte al cerebro, y este responde poniendo nuestro metabolismo en modo ahorro, por lo que, comer sin haber olido la comida no provocaría estos cambios metabólicos.
Así que ya sabes, la próxima vez que pases por un puesto de tacos, manten la respiración, si es que no quieres engordar.