Te damos una lista de mitos y verdades acerca de este juguete que esta arrasando en todo el mundo.
Mentira: ‘Es terapéutico’
El spinner es catalogado como un juguete terapéutico para niños con déficit de atención e incluso como artefacto antiestrés para adultos. Sin embargo, los especialistas con los que hemos hablado no creen en su capacidad rehabilitadora. «Lograr que un niño con déficit de atención se concentre en algo que se mueve es sencillo, pero no productivo porque no tiene repercusión a largo plazo. El spinner no regula el sistema atencional, que es el que realmente hay que trabajar en estos casos», argumenta Álvaro Bilbao, neuropsicólogo y autor del libro El cerebro del niño explicado a los padres.
Verdad: Es el juguete del momento
Los spinners pueden comprarse en cualquier tienda de barrio y en grandes almacenes, donde empiezan a agotarse. En plataformas de venta online como Amazon o AliExpress el aumento de las ventas de este juguete es espectacular.
Pero, ¿a qué se debe tanto furor? El neuropsicólogo Álvaro Bilbao se ha hecho con uno de ellos para tratar de entender el fenómeno: «Yo creo que es entretenido porque no para de moverse y el ruido que hace es bastante hipnótico. Al final estás pendiente de cuándo va a parar de girar».
Verdad: Se vuelve adictivo debido a su fácil uso
Laura, una estudiante de 13 años, cuenta que desde hace un mes en su colegio los llevan todos sus compañeros, aunque no les dejan jugar con los spinners durante las clases: «Solo podemos usarlos en el recreo. Es divertido porque es muy fácil usar. Todo el mundo puede hacer que se muevan. Darle vueltas al spinner relaja».
Miguel Ángel, padre de una niña de 7 años, decidió probar el juguete que llevan la mayoría de los compañeros de su hija, ella incluida, a clase. Esta es su conclusión: «No me parece que tenga nada especial, simplemente es una cosa que gira. Me recuerda un poco al yoyó, que lo único que hacía era subir y bajar. Quizá esa sencillez es lo que lo hace adictivo. Dominarlo requiere pequeños desafíos que uno va superando sin problemas: primero piensas ¿seré capaz de hacerlo girar sin que se me caiga? Y cuando constatas que es la cosa más fácil del mundo, pruebas a hacerlo con cada dedo de la mano. Y por último con la nariz».
Mentira: No desconcentra a los niños en clases
«He tenido que requisar varios en clase. Los niños los usan mientras estás explicando la clase y están más pendientes de cuánto tiempo aguanta el spinner en movimiento que de lo que les estás contando».
Verdad: Su creadora no recibe un centavo
Catherine Hettinger (62 años, Florida) creó el fidget spinner en 1993 con el único fin de interactuar con su hija Sarah. Hettinger sufre de miastenia (enfermedad que afecta a los músculos y provoca fatiga) y esta era una de las pocas maneras que tenía de jugar con Sarah. En 2005, la patente caducó y no pudo pagar los 360 euros que costaba renovarla. Casi 25 años después de que lo inventara, se venden miles de ellos al día y ella no recibe ni un céntimo de los beneficios que generan sus spinners. Sin embargo, Hettinger, que ahora podría ser millonaria, no vive torturada por su mala suerte. «Al contrario: estoy muy emocionada de que algo que yo creé tenga tanto éxito. Mi principal motivación nunca fue hacer dinero con los spinner«, aseguró la estadounidense.
Mentira: hay estudios que avalan su eficacia
Muchas de las páginas web que lo tienen a la venta anuncian el spinner como un artilugio «perfecto para la ansiedad, la concentración, el déficit de atención, el autismo, la hiperactividad, el estrés o incluso para perder malos hábitos». Descripción que a los especialistas que hemos consultado no les resulta fiable.
«Para poder considerar un producto como terapéutico hacen falta de cuatro a cinco años de investigación previa. De momento, no hay ningún estudio o informe que avale las propiedades curativas que algunos adjudican a los spinners«, señala Álvaro Bilbao. Opinión que también comparte la psicóloga especializada en infancia y adolescencia Cristina García Van Nood: «Lo vi por primera vez hace un mes; ahora lo tienen muchos de mis pacientes, por eso me he informado. No hay ningún estudio científico que certifique su eficacia como tratamiento terapéutico. Y por lo que he visto en consulta es todo lo contrario. Los niños no atienden mientras están jugando con ellos y tengo que pedirles que lo guarden cuando están en consulta. Es totalmente contraproducente».
Verdad: Algunos colegios de Estados Unidos lo están prohibiendo
En México, empezamos a sufrir la fiebre spinner hace apenas unas semanas. Sin embargo, en Estados Unidos comenzó a principios de año y ya empieza a preocupar a los educadores. Son varios los colegios que han prohibido a sus alumnos acudir a clase con estos cacharros. No es suficiente con guardarlos en el estuche y sacarlos durante el recreo. «Los niños en clase no quitaban los ojos de su spinner o del spinner de su compañero, por eso decidimos que lo mejor era prohibirlos», confiesa Meredith Daly, maestra de una escuela pública de Arizona.
La profesora madrileña Marta Lozano no tiene inconveniente en que sus alumnos jueguen con ellos en el recreo, siempre y cuando respeten las normas dentro de clase: «Es un entretenimiento inofensivo. Incluso yo juego a veces con los spinners de mis estudiantes en el patio. Creo que lo realmente importante es poner límites durante las horas de clase. Porque hoy son los spinner, pero mañana será otro juguete nuevo el que traigan y tienen que entender que no pueden jugar mientras explicamos el temario».
¡Se filtran los sueldos que reciben los integrantes de ‘Acapulco Shore’!