Ni los niños ni los adultos se pueden resistir a “chopear” las galletas en la leche es muy delicioso.
Cuando remojas una galleta, lo que haces en realidad es que cambias tanto la textura, el sabor, como su composición química. El secreto es que la galleta tiene unos químicos llamados emulsionantes.
Una emulsión es cuando un líquido es forzado químicamente a dispersarse dentro de otro, y tanto el chocolate como la leche contienen este químico.
La leche calma la dulzura intensa del chocolate y los emulsionantes ayudan a suavizar el chocolate mientras lo comes, lo que le da la perfecta relación sabor y textura a la galleta. De lo contrario, podría ser demasiado arenoso y crujiente.
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