Científicos de la Escuela de Medicina en la Universidad de Stanford, han descubierto las causas y responsables de que suspiremos unas 12 veces a la hora, tanto si estamos pensando en algo deprimente o triste como no.
Ciertos neruopéptidos estimulan un pequeño conjunto de neuronas que son las que precisamente influyen en esa respiración activando los suspiros. Son, en esencia, un «botón de los suspiros».
Suspirar permite tomar un segundo aire para intentar de nuevo un ejercicio o actividad que nos resulta difícil y cansadora, o para sobreponernos a un estado emocional agotador.