Todas tenemos a este ex. Es el culpable de todas nuestras penurias, traumas y miedos que giran en torno al amor. Fue esa relación sufrida pero intensa y profundamente romántica, pero las cosas finalmente no salieron bien. Este es el ex con el que todos te relacionan, el eterno, el de siempre, el que pase lo que pase, sigue estando ahí.
Este ser todavía no comprende que terminaron, aunque haya sido hace 8 años. Aprovecha todas las instancias habidas y por haber para encontrarse contigo y te sigue exigiendo cosas. Él tiene definitivamente una relación contigo, pero tú no con él.
Este es el ex del que no nos sentimos orgullosas. No entendemos por qué alguna vez pensamos que podría ser nuestra alma gemela, si en realidad no tiene absolutamente nada que ver con nosotras, en todos los sentidos. Cuando un amiga te dice “¿te acuerdas cuando salías con XXX?” tú dices “sí, cállate”.
En esta categoría también entra ese ex que cuando era nuestro novio era todo un galán, sin embargo ahora está irreconocible porque al parecer los años le han pasado por encima, y no en vano.
Tal como el Ave Fénix, volvió a renacer de las cenizas. Era carne molida y ahora está convertido en filete, y está casi irreconocible. Era un pobre y triste pájaro, y ahora es galán y exitoso y de verdad te pone nerviosa.
Este ex aparece cuando te sientes sola pero no quieres cometer la locura de meterte con el primero que se te cruce. ¿Qué mejor recurso que este? Ese ex bastante buen amante que ningún problema tendrá en sacar a esta damisela necesitada de apuros. Basta un telefonazo y ya, siempre está disponible.
Este no entiende los códigos de los exes. Le pone “me gusta” a todas tus fotos con tu nuevo novio, llega a tus fiestas, llama a tu mamá y a tus hermanos y cuando se encuentran no se molesta en pedirte que le presentes a una amiga.
Este individuo jura que todavía mueres por él y hasta te habla como con lástima. Le pregunta constantemente a las personas que te conocen ¿y, cómo esta? ¿ya mejor? No quiere quedarse sin pan ni pedazo así que cuando tiene una oportunidad se lanza como una gacela a la presa, solo para ver si salta la liebre. Lo que no sabe es que a la que le da lástima es a ti, por él.
En realidad ninguno de los dos saben por qué fueron novios, porque en realidad ni siquiera había atracción, así que toman el noviazgo como una simple anécdota que fue el punto de partida para una linda amistad. No es que se junten en realidad, pero cuando se ven tienen conversaciones realmente agradables, las que muchas veces incluyen a sus nuevas parejas.
No sabes muy bien qué fue lo que hiciste pero desde que terminaron, se ha dedicado a hacerte la vida imposible. Cada oportunidad que tiene para hablar mal de ti, lo hará, dejándote lo más mal parada que pueda. Ni hablar de saludar.
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