Gánate a tu suegra con estos sencillos tips
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1. No olvides que es ‘normal’ que las madres de los galanes tengan celos y juzguen. Recuerda que son «la mujer más importante de su peque», así que no lo tomes personal.
2. Respeta las reglas de su casa. ¡Sí, aunque no quieras tienes que llegar a tiempo a la cena o levantar la mesa!
3. Que lo que digan no te afecte. No le hagas la guerra ni entres al juego de demostrarse quién es mejor porque así nos van a llegar a ningún lado.
4. Ya trataste de ganártela con detalles, pero ella no lo aprecia. ¡Deja de hacerlo!, quizá esté utilizando eso para hacerte sentir mal.
5. Tu objetivo no es caerle bien. Tienes que tener claro que tu meta es llevar las cosas en paz, con respeto, educación y armonía. ¡No te obsesiones con que te tiene que querer!
6. No le des ninguna razón para que pueda criticarte. Guarda tu outfit provocativo para la noche, cuida tu horarios y cómo hablas, pero ¡JAMÁS dejes de ser tú!
7. Si te hace malos comentarios cuando nadie está escuchando, no se lo digas a tu chico.Puede ser su manera de manipular y contar su versión del asunto, si te tienes que quejar con alguien, hazlo con tus BFFs.
8. Se prudente y habla lo menos posible con ella, sin ser descortés. No le cuentes detalles de tu vida, pero tampoco le apliques la ley del hielo. Una plática amable es lo mejor para evitar conflictos.
9. Llévate bien con el papá de tu galán. Seguramente es menos celoso que ella, si le caes bien, hará algo a tu favor.
10. Nunca critiques a tu suegra con tu chico. Le crearás conflicto a él y harás mayor el problema. Lo importante es que te dé tu lugar.
11. Cuando la situación ya es muy pesada, puedes encontrar el modo sutil de hablar con tu galán. Por ejemplo: «Creo que no le caigo bien» y cuando le cuentes la situación descríbela sin agregar calificativos como «supergrosera».
12. Pero si las cosas se van poniendo aún peor… Tu chico es el que tiene actuar y hablar con su madre, hay que explicarle por qué te quiere y decirle que si te falta al respeto, se lo está faltando a él y a las decisiones que está tomando. Al final, él te escogió, ¡y no ella!