Para comprobar esto, un grupo de doctores levó a cabo un experimento. En este experimento, 193 pacientes que padecen de sobrepeso fueron divididos en dos grupos. El primer grupo recibía un desayuno on un valor alimenticio de 300 kcal, mientras que el segundo grupo con 600 kcal que incluían un postre. Al mismo tiempo, el consumo de calorías al día en ambos grupos era igual.
Tras 8 meses de empezar esta dieta los participantes perdieron 15 kilos. Después de otos 8 meses las personas del grupo que comía dulce, bajaron otros 7 kg, mientras que aquellos que desayunaban moderadamente no solo no perdieron ni un kilo sino que subieron 10 o más. Esto concluyó que los amantes de los postres perdieron al menos 20 kilos, y todos los demás, 5 a lo mucho.
«Aquellos quienes hacían la dieta con bajo contenido de carbohidratos, siempre tenían hambre, lo cual los obligaba a revisar sus refrigeradores y comer a horas inadecuadas. Mientras que aquellos que tenían permitido comer dulce, no rompían la dieta. La mejor hora para comer postres es en la mañana cuando nuestro metabolismo es más rápido». Dice la doctora Daniela Yakubovich.