2. Haz una rutina de ejercicio nocturna.
Sabes que sudar te puede ayudar a perder peso, pero tal vez creas que ejercitarte en las horas próximas a irte a la cama, puede hacer que no puedas dormir. Sin embargo, esto no es cierto; una encuesta realizada en 2013 por la National Sleep Foudation encontró que las personas más activas tienen 56 hasta 67 por ciento mayor probabilidad de dormir mejor, sin importar la hora a la que se ejerciten.
3. Prepara tu comida la noche anterior.
4. Toma mucha agua.
Los líquidos limpian tu sistema, lo que te ayudará a deshacerte de cualquier resto de agua que estés reteniendo. Pero, como no te querrás despertar a media noche para correr al baño, Gans sugiere que dejes de beber una hora antes de irte a dormir.
5. Asegúrate de tu cuarto esté súper oscuro.
La melatonina puede ayudar a tu cuerpo a producir más hormonas quema-grasa, según un estudio publicado el año pasado en el Journal of Pineal Research. Como tu cuerpo produce melatonina naturalmente, asegúrate de no interrumpir su producción con luces artificiales.
6. Baja la temperatura de tu habitación.
La idea de quemar calorías mientras duermes puede parecer demasiado buena para ser cierta, pero un estudio del National Institute of Health Clinical Center descubrió que las personas que duermen en una habitación a menor temperatura, queman hasta siete veces más calorías que aquellas que duermen en temperaturas más elevadas.