Unos lo califican como un imprudente acto, aunque quiza el niño no lo hizo con mala intención.
Pero de acuerdo a normas de Arabia Saudita, tiene un reglamento muy estricto, tanto así que en 1980, se cerraron diversos cines del país, para evitar que las personas se reúnieran en salas oscuras, ahora imaginen tomarse una foto con un cadáver. Caben mencionar que parte de su cultura, se cree que al tomarse fotos, podría perder el alma.