Conocida ya como “la industria de las ‘abrazadoras’ profesionales”, en Estados Unidos ya son 20 las empresas que se dedican a pagar por abrazar o acurrucarse, convirtiéndose en una práctica cada vez más extendida. No tienen sexo ni conversan ni masajean. Tan solo abrazos.
Las tarifas van desde los 60 dólares los 45 minutos hasta los 500, la noche entera, aunque claro, hay quien cobra mucho más. Los servicios no sólo se diferencian por la cantidad de horas, sino también por la cantidad de «abrazadoras». El servicio tradicional contempla sólo una persona, pero si se paga extra, se puede tener dos personas.
Jacqueline Samuel, es la creadora de The Snuggery, una de las empresas que se dedican a vender estos abrazos, y sabe que el servicio que brinda puede prestarse a confusiones, ella insiste en darle legitimidad a su trabajo y busca formas de regularizar su actividad. Según Samuel, posee un conocimiento que le permite brindar más de 100 técnicas diferentes de abrazos, aprendidas a través del libro Cuddle Sutra.
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