Julián Figueroa, hijo del fallecido Joan Sebastian decidió rendirle un tributo a su padre tatuándose en su brazo derecho, imágenes que significaron mucho para su padre. “Este es el logo de mi padre. Este fue su lema de vida. Es fe, la cruz, amor y suerte. Entonces es algo que llevo en el alma y decidí tatuarlo también en mi piel. Es un homenaje a él y es un recordatorio de todas sus enseñanzas”, dijo el jóven cantante.
«Estoy en paz, porque mi padre fue un hombre que vivió su vida plenamente, un hombre que le sacó todo el jugo que se le podía sacar a la vida, y un hombre que murió en paz, con la conciencia limpia”, manifestó.
Por otro lado, ante los supuestos rumores de un conflicto con su hermano José Manuel Figueroa, lo negó rotundamente.