La gastritis se conoce como la inflamación o irritación de la mucosa estomacal a causa de la acción de los jugos gástricos, los cuales provocan en la mayoría de los casos la aparición de ardor de estómago, vómitos, gases, mal sabor de boca, eructos o pérdida de apetito. Por su estilo de vida además de la rica gastronomía que tenemos, la gastritis en el mexicano suele ser recurrente y sabemos cómo es sufrible. Por ello, queremos darte unos consejos que además de rápidos y eficaces, son económico y caseros para poder controlarla.
Uno de los métodos más reconocidos es el consumo de una dieta blanda, es decir, alimentos fáciles de digerir que nos aseguran una digestión ligera como:
Una de las maneras más efectivas para reducir la acidez estomacal es a través del consumo de limonada, ya que la acidez natural del limón es bien recibida en el estómago disminuyendo de esta manera, la producción de jugos gástricos y evitando así los molestos síntomas que puede generar la gastritis. Es tan sencillo como mezclar el jugo de un limón entero en un vaso de agua.
No solo es muy rico, sino que el puré de papas está también incluido en las dietas blandas, siendo su ingesta muy recomendable en todos los casos de gastritis y gastroenteritis que puedan presentarse. Además, es posible reutilizar el agua donde las hemos cocido con el fin de preparar una eficaz solución capaz de tratar eficazmente todos los síntomas.
Para realizar esta receta, sólo cuece varias papas peladas en un recipiente con abundante agua, deja reposar por unos minutos y luego cuela. Prepara un puré pisando bien las patatas y bebe el caldo colado como si fuera una infusión.
La leche de arroz es la más digestiva de todas. Es muy fácil de digerir y muy fácil de tomar incluso sin tener apetito. Es también muy saludable y eficaz para tratar los problemas digestivos.
Podemos comprar la leche de arroz en tiendas o elaborarla en nuestra propia casa. Si optas por la segunda opción, lo único que debes hacer es lavar varias veces una taza de arroz y a continuación tostarlo a fuego lento hasta obtener un dorado suave, removiendo a su vez con una cuchara de madera con el fin de evitar que se pegue a la superficie caliente.
Una vez que el arroz se encuentre dorado, verteremos de ocho a diez tazas de agua y dejaremos hervir a fuego lento durante al menos una hora y media, manteniendo siempre el cazo tapado. Una vez transcurrido ese tiempo, cuela bien y guarda en un frasco cerrado y refrigerado la leche de arroz que no vayas a utilizar en ese momento.
A pesar de que estos son consejos muy buenos, debemos recomendarte acudir al médico para que te haga un estudio detallado; sino podrías probar con estos sencillos consejos que te acabamos de describir. Recuerda que también deberías de modificar un poco tu dieta, ya que es mejor evitar las bebidas gaseosas, los dulces, el alcohol o el café y el consumo de picante en exceso.
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