Aquí te presentamos 8 señales:
Piel de gallina:
esto se debe a que los piloerectores se contraen cuando experimentamos emociones fuertes o cambios de temperatura muy drásticos.
Pecas y lunares:
Estos son producto de una acumulación anormal de melanina en un solo punto. Sirven para protegernos de los rayos UV, así como de la radiación. Las pecas son señales que nuestra piel es muy sensible.
Brazos y piernas dormidas:
¿Has sentido que te invaden las hormigas? Esa sensación significa que debes cambiar de posición, ya que no esta circulando la sangre de una manera adecuada.
Cerebro congelado:
Esto se llama glangoneuralgia esfenopalatina. Esto sucede cuando el frío tiene contacto con los nervios de la boca, lo que provoca un cambio de clima repentino, por lo que tu cerebro lo detecta como peligro.
Dedos «de pasita»:
Cuando estas mucho tiempo dentro del agua, el aceite de tu piel va disminuyendo (sebum), por lo que tus dedos se hinchan.
Reír hasta llorar:
Es tan fuerte la emoción por la que está pasando el cerebro, que manda lágrimas en conjunto con la risa, así como risa cuando estas llorando.
Cara sonrojada:
El ritmo cardíaco se acelera y distribuye a distintas partes del cuerpo, por lo que se dilatan las terminaciones nerviosas del rostro, provocando ese tono colorado.
Despertar de un salto:
Es porque tu respiración se interrumpe y como manera de alerta, el cerebro hace que te levantes.
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