Jingle balls: Con él acostado en la orilla de la cama siéntate sobre él de espaldas. No sólo tiene los beneficios de que tú estés arriba (control de ritmo y profundidad) sino que también podrás estimular sus testículos.
El reno: Es como el ‘doggy’ contigo en cuatro puntos y él por la espalda. Sin embargo, en vez de mantenerte apoyada en tus rodillas deja caer tus muslos sobre los suyos.
Noche de paz: Practiquen una noche de sexo tranquilo y romántico. Ideal para después de una fiesta cansada. Es como el misionero pero con la característica de ser muy lenta y con movimientos casi imperceptibles. Ideal para una conexión más íntima.
La galleta: Tranquilo, enredado y con un ritmo constante. Los dos se recuestan en su espalda y enredan las piernas. Apoyen los pies en la cama para balancearse.
Para bajar por la chimenea: Se trata de una posición en la que estén sentados tan juntos que pudieran pasar por una chimenea. Enreda tus piernas en su torso y que él enrede las suyas en el tuyo. Aunque el movimiento es limitado la fricción hace milagros.
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