Riley Allen Mullins un señor de 28 años consiguió robar un dispositivo móvil a una mujer en una estación de metro de Washington. Sin embargo, no le salió como esperaba ya que la joven se fijó en un tatuaje que él llevaba en el cuello.
Lo curioso del asunto es que un día más tarde del suceso, el ladrón pretendió agregar a Facebook a la mujer a la que le robo. Ella cuando recibió la solicitud y con la circunstancia de tener en la memoria ese tatuaje, reconoció a su agresor y avisó a las autoridades, que más tarde confirmaron que la cuenta en la red social pertenecía al criminal.
Finalmente el ladrón presumiblemente agregó a la joven tras encontrar su nombre en los documentos de la cartera.