Ese día, algunos de los heridos del staff fueron atendidos por los paramédicos de la carretera federal y otros fueron trasladados a los hospitales más cercanos gracias al seguro del transporte que los trasladaba, sin embargo, muchos de ellos necesitan medicamentos y tratamientos de recuperación que la producción se ha negado a pagar.
En el autobús, que salió del Teatro San Rafael a la 1 de la madrugada, proveniente de la Ciudad de México, viajaban 30 elementos de producción, entre tramoyistas, iluminadores, vestuaristas, maquillistas y bailarines, de los cuales 10 resultaron heridos de cuello, nariz y algunos de ellos perdieron los dientes debido al impacto que sufrieron.
El susto no paró ahí, pues ese mismo día en punto de las 5 de la tarde, se cayó una de las tarimas de luces que ya estaba montada en el escenario, lo que provocó que otros iluminadores salieran lastimados; la función que se tenía prevista que iniciara a las 7 de la noche, arrancó una hora y media más tarde, lo que desató una lluvia de gritos y rechiflas por parte del público.
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