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Lupillo Rivera logró que le cedieran una hectárea donde murió Jenni

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La Dinastía Rivera podrá construir lo que quiera en la Sierra Madre de Nuevo León, donde murió la mayor de sus integrantes, luego de que Lupillo Rivera logró que le cedieran una hectárea alrededor de donde se registró el percance el pasado mes de diciembre.

“El Toro Del Corrido” por poco y se queda con las ganas de construir un mausoleo y una finca familiar en honor a su hermana Jenny Rivera, luego de que ejidatarios del municipio de Iturbide en la Sierra Madre de Nuevo León, se negaron a venderle el predio en donde murió la “Diva De La Banda”.

A cinco meses y 10 días de que la “Diva De La Banda” perdiera la vida luego de que la aeronave en la que viajaba se desplomara en la Sierra Madre de Nuevo León, a unos 200 kilómetros al sur de la capital Monterrey; Lupillo Rivera se trasladó a dicha localidad en busca de adquirir el predio en donde murió su hermana.

Desde temprana hora, “El Toro Del Corrido” arribó al Aeropuerto Internacional de Monterrey, en donde en entrevista reveló que exclusivamente se desplazaría a Iturbide para adquirir el predio en la Sierra neoleonesa para construir una finca en la que los hijos de Jenny Rivera, pudieran sentir la cercanía con su madre; además de un Museo familiar en honor a la intérprete de banda.

Las autoridades de Iturbide, una localidad con menos de 500 habitantes y que se dedican a la cosecha de lechuguilla y a la crianza de cabritos, y que con la sequía que atraviesa la zona noreste de México, viven casi en la pobreza extrema; limpiaron el lugar mientras que su hermano Juan colocó una cruz en honor a su hermana mayor.

Lupillo Rivera viajó en vehículo a la zona, en donde recorrió al menos 200 kilómetros de la Carretera Nacional; en el municipio de Santiago, hizo una parada para comer en un típico lugar llamado “El Charro”, un restaurant en forma de sombrero de más de 20 metros de diámetro. Ahí, convivió con los comensales del lugar.

Cerca de las 13:30 horas llegó a Iturbide para iniciar la entrevista con el propietario del Rancho Lamar en el ejido Agua de Pino en donde murió Jenny; Don Rosendo Rodríguez Rodríguez quien junto con una de sus hijas, ya lo esperaba en la Presidencia Municipal.

La vivienda de dos pisos, fue la sede del encuentro, ahí en un cuarto trasero de la vivienda el hijo mayor de la Dinastía Rivera propuso a Don Rosendo la compra del predio; recibiendo un no por repuesta.

Tras el encuentro que sólo duró unos minutos, Rivera junto con su comitiva y la familia de Don Rosendo se trasladó al lugar en donde murió La Diva de la Banda.

Al concluir la visita Don Rosendo dijo en entrevista que había negado la petición del cantante vernáculo, por la simple razón de que era la herencia de sus hijos y no pensaba deshacerse de ella a ningún precio.

De manera humilde, el hombre dijo que en honor a la intérprete y al dolor de la familia Rivera les concedió una hectárea alrededor de donde quedó la aeronave; para que construyeran lo que quisieran.

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