Una maestra de 53 años de una apacible escuela pública de Düsseldorf, Alemania, llevó a los tribunales a un alumno por una inusual demanda: lo acusó de provocarle un severo trauma al explotar una bolsa de papel.
"No lo hagas", le indicó la maestra, "puede causarte un daño en los oídos". Pero ya era demasiado tarde. El muchacho ya había inflado la bolsa y cuando la maestra terminó de hablar, la hizo explotar. Aturdida por el ruido, la profesora llamó a la policía.
La cuestión central durante el juicio fue determinar la distancia entre la explosión de la bolsa y los oídos de la mujer. Gracias a los otros alumnos, testigos del evento, se confirmó que se encontraba a más de 5 metros, con lo cual el juez desestimó la demanda y el muchacho sólo pidió disculpas. No hay información acerca de si la maestra las aceptó, o si estaría planeando alguna broma pesada como venganza.