Luego de la trágica muerte en un accidente automovilístico de su hija Melissa, de 17 años, Gary declaró que ella se empezó a comunicar con la familia. El timbre de la casa sonaba en horas de la madrugada, las luces de la casa se prendían y apagaban solas, y los canales de TV se cambiaban sin que nadie, aparentemente, utilizara el control remoto. Estos signos dieron a entender a Gary que su hija quería comunicarse con ellos. Fue así que inventó un dispositivo para ayudar a la difunta adolescente a hablar desde el más allá, y ahora es el dueño de un pujante negocio en el rubro de lo paranormal.
En los últimos años, el dispositivo de Gary, que se comercializa en un rango de precios que va desde los 79 a los 350 dólares, fue un éxito de miles de unidades vendidas.
Por si fuera poco, Galka, un católico creyente, ha desarrollado más de 30 diferentes productos para la investigación paranormal, y un tercio de sus ganancias son donadas a instituciones benéficas.