El bar ofrece todo, desde platos, cubiertos y servilletas, hasta hornos de microondas donde la gente pueda calentar su comida. Sólo se paga por las bebidas que se ordenen y consuman.
Las personas detrás Basis, un grupo de jóvenes empresarios, utilizaron toda su experiencia en el sector gastronómico para instalar el bar. Y aunque pensaron que la propuesta sería arriesgada, se animaron y apostaron su idea. "Queremos que la gente se sienta libre", declaró Michiel Zwart, uno de los dueños. "Al principio la gente no comprendía mucho el mecanismo, pero enseguida se fueron sumando de a poco".
En los cinco meses que han transcurrido desde la apertura de Basis, el bar se ha convertido en uno de los más populares de Ámsterdam. La mayoría de los clientes lleva comida casera, pero también están quienes consumen su propio sushi, lasañas, e incluso fondue de queso. Y para los que tampoco quieren cocinar, el bar cuenta con una lista de restaurantes vecinos o de "delivery" para pedir pizza o comida rápida y que se la entreguen en Basis.
"La gente no tiene dinero extra para comer afuera. Entonces nosotros le brindamos una solución para que puedan salir y pasar una noche con sus amigos sin tener que pagar un precio tan alto para la comida", finalizó Zwart.
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