Vale recordar que el presidente de la Academia, Gabriel Abaroa Jr, en oportunidad de informar sobre los cambios había dicho: “Comenzamos a notar que en un par de años empezaríamos a caer en repeticiones, en premiar a los mismos nominados, a los mismos artistas fuertes. Y no hay nada malo en que ellos se lleven el Latin Grammy o el Grammy. Lo malo es que se quita oportunidades a los nuevos”.
Al mismo tiempo, Abaroa Jr. justificaba la medida: “Aquí estamos abriendo el número de nominados a diez … para que más artistas tengan oportunidad de ser nominados y así construir un nombre”.
Entre otras modificaciones se fusionaron categorías del rubro pop, que pasaron de ser tres a dos (mejor álbum vocal pop vocal contemporáneo y mejor álbum vocal pop tradicional); y se agregó una categoría en el campo de rock (mejor álbum pop/rock) y otra en el campo tropical (mejor álbum de fusión tropical).
Vale recordar que la reestructuración se produjo una semana después de que un juez de Nueva York desestimara una demanda de músicos hispanos contra la Academia de la Grabación por recortar el número de apartados de los premios Grammy de 109 a 78.
Abaroa Jr., sin embargo, dijo que los asuntos de la Academia la Grabación no afectan las decisiones del grupo que él preside, que entrega los Latin Grammy.
En cambio, aseguró, los cambios surgieron por sugerencia de los propios miembros de la Academia Latina de la Grabación, que fueron analizadas por comités y aprobadas posteriormente por su consejo directivo.
El incremento en la cantidad de nominados rememora uno implementado por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas en el 2010, cuando duplicó de cinco a 10 los nominados al Oscar a la mejor película — la misma cantidad que tenía en 1943 — con la esperanza de atraer más público.