Una de las fotos más vistas el año pasado en la web fue la de Riley el perro sonrisudo. Su expresión de resignada diversión y su mirada de intoxicación herbal lo transformaron en uno de los fenómenos online más ubicuos de la historia.
Si bien el sillón y la mesa son las mismas, la casa es la misma, también hay manjares, velas y festejos, la magia no se puede invocar tan fácilmente. Aunque el perrito es simpático y regala sonrisas y expresiones de alegría la foto original es irrepetible.
Tanto es así que en su momento los internautas lo favorecieron en una competencia para definir cuál era el mejor perro de la web: Riley Smiley o Giant George.