Lullaby, producida por la compañía de teatro Duckie, transformará la sala en un inmenso dormitorio con varios baños. A última hora los espectadores escucharán unos cuentos y se les servirá el desayuno a la mañana siguiente.
La obra está siendo promocionada como "una soporífera serenata a la luz de la luna seguida por siete horas de sueño y un rico desayuno para ponerlos en marcha".
El teatro contará con camas simples, dobles y triples. La incógnita que nos suscita, entonces, se enfoca en los límites del carácter "acogedor" de la obra.