Una pareja se ha hecho acreedora de una reputación poco envidiable: los reyes del deporte pavote.
James Bamber y Sally Raynes encontraron en estos pseudo deportes un estímulo y una diversión compartida para los momentos en los que no son dos formales oficinistas. Muchas de las pruebas a las que se someten -por más ridículas que sean- son muy exigentes y ambos están en un notable estado atlético.
"El Fútbol de Ciénaga fue sin dudas una de las pruebas más duras. La cancha era un lodazal espeso y había que patear la pelota de un lado a otro. A pesar de que James está en perfecta forma a los quince segundos estaba exhausto", explicó Sally.