Un jardinero británico debió quitar un tendido de alambre de púas para proteger la salud de los intrusos.
"Es una situación absolutamente ridícula, todo lo que quiero es proteger mi propiedad. Ahora resulta que debo quitar el cable para que no se lastimen los ladrones", argumentó indignado. El hombre se dirigió al Consejo de Bromsgrove con el siguiente argumento: “dejen que el ladrón me haga juicio así por lo menos me entero de quién me está quitando mis pertenencias”.
Al hombre le robaron herramientas agrícolas y le dañaron sus plantaciones en el proceso.