Hermanos que habían perdido la pista el uno del otro durante sesenta años se encontraron. Vivían a un par de kilómetros de distancia.
Eran sólo unos minutos de viaje de Quinton donde él vivía desde hacía décadas. "Pensé que Lucy estaba muerta porque no había sabido nada de ella en tantos años", dijo George. “Verla de nuevo fue muy conmovedor. Es un poco triste que nos hayamos perdido sesenta años juntos, pero al menos tenemos la oportunidad de resarcirnos".
"Desde que nos encontramos hemos conocidos a nuestros respectivos, hijos, nietos, bisnietos y tataranietos. Mi familia descubrió que tiene una nueva tía", agregó.