Un ruso secuestró un micro para llegar a tiempo a una misión cuestionable: impedir el casamiento de su ex.
Y todavía hay más: mientras este señor, carente de toda tolerancia a la frustración, efectuaba su alocada carrera por la ciudad de Vologda era perseguido por patrulleros que intentaban poner fin a su efusivo itinerario. A pasos de la ceremonia la policía interceptó al hombre que ahora enfrenta cargos por robo a mano armada, amenazas y atentar contra la seguridad pública.
Un vocero policial explicó: "No pudo sobreponerse a ser dejado por otro hombre e intentó impedir que la mujer siguiera adelante con el casamiento".