Peligrosos criminales de Holanda se vuelven dóciles y pelean menos cuando son expuestos al aroma de las naranjas, según un estudio científico.
El jefe de la división de asistencia social de la policía, Herma Heester, le dijo al Daily Telegraph que "es asombroso, las peleas en las celdas han disminuido notablemente y estamos usando menos drogas calmantes que antes".
Rotterdam posee uno de los índices de criminalidad más altos de Holanda, donde la mitad de los casos son protagonizados por adictos a las drogas.