La guitarra y el acordeón logran una combinación y ambiente perfecto para cobijar el sentimentalismo de Mario Quintero quien narra una historia desgarradora, en donde es abandonado por su amor y busca no caer en la desesperación. En este trabajo predomina un gran romanticismo, haciéndonos olvidar por un rato de la garra de los temas norteños y corridos clásicos de Los Tucanes de Tijuana.